¡No a la homofobia!
En nuestro diario vivir nos encontramos con muchas personas y cada una de ellas tiene un mundo completamente distinto al nuestro: otro estilo, otros gustos, otras aficiones, otras metas en la vida... Pero a pesar de todas las diferencias que existan, todos debemos respetarnos.
Hoy me gustaría referirme a una diferencia en específico: las diferentes tendencias sexuales. Estamos en pleno siglo XXI y todavía no somos capaces de tratar con normalidad a una persona cuando nos damos cuenta que siente atracción hacia personas de su mismo sexo. La orientación sexual es un gusto común y corriente como cualquier otro: a ti te puede gustar el blanco y a otros el negro, pero no por eso debes entrar en conflicto. Lo mismo pasa con la orientación sexual: a algunos les puede gustar las mujeres y a otros los hombres, y eso no tiene que ser motivo de rechazo ni de burla.
Junto con unas compañeras de estudio he estado haciendo un trabajo de investigación sobre este tema, y ¿qué hemos podido encontrar? En nuestro colegio, muchas personas consideran que la institución no es un lugar seguro para personas homosexuales, y también se oyen bastantes mitos o prejuicios como "la homosexualidad es un pecado" o "los homosexuales no pueden criar bien a los hijos". ¿Crees que te sentirías bien si en tu entorno escucharas que las personas con cabello negro son estúpidas y tu tuvieras cabello negro? No, ¿verdad?. Lo mismo pasa con estas personas. Considero que no es justo que otras personas, muchas veces totalmente ajenas al tema de la homosexualidad, hablen mal de una persona o la juzguen solo por tener un gusto diferente. Además, considero fatal la idea de que alguien no pueda sentirse seguro en un lugar en el que debe permanecer día tras día. Muchas veces herimos a las personas con nuestros comentarios sin darnos cuenta, y podemos provocar algunas consecuencias en sus vidas, como la depresión, el bajo autoestima y la inseguridad.
En resumidas cuentas, esta investigación me ha ayudado a entender mejor que todos somos diferentes, y eso no es malo. A pesar de nuestras diferencias, debemos respetarnos mutuamente y no rechazar, excluir o hacer burla a alguien por verse o ser diferente a nosotros. Con simples palabras, podemos ocasionarle muchos temores e inseguridades a una persona.